Por los amigos muertos, Mayo 1919
Señora Muerte que se va llevando
todo lo bueno que en nosotros topa…!
Solos -en un rincón- vamos quedando
los demás… ¡gente mísera de tropa!
Los egoístas fatuos y perversos
de alma de trapo y corazón de estopa…;
manufactores de fugaces versos;
poetas de cuadrícula y balanza,
a toda pena, a todo amor adversos…;
los que gimen patética romanza;
lacrimosos que exhiben su película;
versitas de salón y contradanza-;
cantores de « la tórrida canícua »;
« del polo frío », « del canoso invierno »…
¡liricos de alma exánime y ridícula!
Bardos que prostituyen el eterno
jardín, y que florecen madrigales
de un olor soporífico y externo…
Vates ultra-sensibles y banales
que ningún vaho de verdad anima…
Gramáticos solemnes y letales…
Malabaristas de estudiada esgrima!
… ¡Oh tristeza perenne de las cosas
que no tienen sabor, -hechas a lima!
… En un rincón quedamos las tediosas
gentes sin emoción, huecas y vanas…
¡Lléguense las nocturnas mariposas
fúnebres, y que lloren las campanas…!
Este fastidio que me está matando…
¿dónde las almas íntimas, hermanas…?
¡Señora Muerte se las va llevando!